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“PIENSO, LUEGO EXISTO”. La razón como camino a la verdad, desde la óptica de RENÉ DESCARTES.





Mg. Yllan Mario Pumarica Rubina


I. INTRODUCCIÓN

El filósofo, matemático, físico y militar René Descartes, de nacionalidad francesa, reconocido por la colectividad académica como el padre de la filosofía moderna, estableció los fundamentos que rigen el concepto de lo que puede denominarse una filosofía natural, concentrando sus bases filosóficas en la libertad plena que debe ostentar el acto de lo creado por Dios. Y precisamente en mérito a dicha idea; desarrolló y analizó el dualismo sustancial entre el alma y el cuerpo, como base de todo comportamiento humano, pero siempre reafirmando su convicción de que el único medio o vía para alcanzar un conocimiento genuino es a través de la idoneidad del método, ejercicio que permitirá discriminar información irrelevante, confusa y optimizará las perspectivas de éxito de la investigación traducida en la proximidad a una verdad plena; quizá esta disciplina ideológica fue la que también le permitió convertirse en uno de los más grandes matemáticos de la humanidad.


Así, entre sus principales pensamientos reconoce que es más conveniente no intentar alcanzar nunca la verdad de las cosas que realizarlo sin seguir un método específico, ya que, es un hecho que la ejecución de esos estudios sin seguir un orden y esas reflexiones oscuras distorsionan la luz natural y no permiten una correcta visión del espíritu[1]; de lo que se advierte la rigurosidad en la investigación que defendía Descartes, su incansable voluntad de alcanzar la verdad a través de métodos idóneos, certeros, y eficaces, elementos que a pesar del transcurso de los años, siguen siendo los pilares de la administración de justicia y de la formación académica de calidad.


II. DESARROLLO


Es destacable la sabiduría que ostentaba el referido filósofo, cuando proponía que hay que trabajar y direccionar nuestras acciones en metas realistas, en consecuencia, invitaba a actuar resueltamente. No obstante, también fue capaz de prever que, en las referidas acciones cotidianas, incluso de forma provisional, la persona siempre tendría que adecuarse de algún modo a las características de su entorno social, de lo contario, su convivencia se verá abrumada de conflictos que terminarán creando límites innecesarios o privaciones de aquellos presupuestos mínimos para alcanzar una correcta investigación.


Entonces, como es de verse, el filósofo René Descartes, mediante sus diversas obras ha dejado a la humanidad enseñanzas filosóficas de suma relevancia, las mismas que se mantienen vigentes precisamente por la trascendencia que tienen sus aplicaciones durante la vivencia cotidiana de las personas, en el entendimiento de la naturaleza íntegra del ser humano, así como en los conocimientos necesarios para saber conducirnos en la correcta búsqueda de la verdad, sin caer es facilismos, en superficialidades, sino, en métodos ordenados para mejorar la calidad de los resultados; siendo precisamente la justificación del presente trabajo académico, traer a colación dichos aportes, buscar entenderlos desde una perspectiva social actual, y desde luego, situarlos desde la óptica de la deontología como ciencia, en ese orden, se colige que el estudio de Descartes y su aporte a la deontología como ciencia no es un interés avalado por diversos autores e investigadores, entre los cuales encontramos los siguientes:


Yuri Tapias Ribas (2017), quien a través de su tesis doctoral en filosofía de la Universitat de Barcelona; realiza ampliamente el estudio relacionado a la unión del alma y el cuerpo como base del conflicto principal de la modernidad; centrando su análisis en los aportes filosóficos de Descartes y Jean-Luc Nancy; destacando del primero la vigencia que mantiene su idea; respecto a que la modernidad se caracteriza por buscar el método por el cual el hombre mismo y para él, busca el camino donde haya algo indudablemente genuino, delimitando la esencia de la verdad; se busca la base incondicional e inquebrantable de lo verdadero. [2]


Manuel Belisario Barriga (1879), quien a través de su tesis de grado ante la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) destaca la trascendencia de los aportes del filósofo Rene Descartes; y expone a gran escala los detalles de su historia, incorporando dentro de su descripción sobre el referido filósofo; el hecho de haber sido juzgado de manera favorable por los años de historia, reconocido por sus múltiples y sabios contemporáneos, constantemente valorado por los descendientes, Francisco René Descartes matemático, filósofo y soldado, es conocido como el personaje que ostenta con más brillo en la lista de los destacables modernos pensadores. Y aun cuando se ha de reconocer que han existido diversos avances en la ciencia, ha transcurrido tiempo sumamente considerable, y las innovaciones corroboradas en cimientos tan inestables, la filosofía que enseñó, es definitivamente la nuestra.[3] Aspectos, que convalidan la importancia y utilidad de continuar apostando por el estudio y valoración de sus aportes, por el entendimiento de sus obras, su adecuación a cada contexto, así como, al pilar que representa para la investigación contemporánea.


Quispe, Humberto (1996), en su artículo de investigación científico publicado en el repositorio de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP); desarrolló la vinculación de Descartes y el esceptismo como constante fuente de investigación; sostiene el autor que ante la aseveración de la predominancia de los sentidos durante el camino hacia el conocimiento, Descartes, utilizando las incertidumbres escépticas relacionadas a la fiabilidad de los sentidos, logra preparar el medio o camino para desarrollar y explicar su epistemología intelectual, la misma que respalda que el conocimiento tiene sus bases en las operaciones e informaciones originarias de un sujeto con la capacidad de razonar pero de forma desvinculada a sus tradiciones, de su sociedad e incluso de su propia corporalidad.


Este ejercicio de orden metódico de los argumentos de naturaleza escéptica está basada por el ideal cartesiano de claridad y distinción; ya que, mientras limites nuestra fiabilidad del conocimiento respecto de aquello que vivimos o a través de la experiencia, entendemos los cuerpos, como los más importantes principios, mientras que, pasamos a considerar a los axiomas y las proposiciones matemáticas de forma oscura y hasta confusa; nada más alejado de la verdad para el pensamiento de Descartes. Por ende, para alcanzar claridad se requiere necesariamente desvincularse de nuestro modo normal de ser en el mundo: desarraigar de esta apreciación de las cosas, excesivamente influenciada por nuestro cuerpo y sentidos.[4]


Cabrecos Fermín (2014) en su artículo de investigación científico publicado en el repositorio de la Universidad de Lima; el mismo que data de la relación existente entre la psicología racional y la antropología filosófica a la luz de las obras de Descartes; el autor explica la teoría dualista del cuerpo y alma como elementos de la humanidad, postulada por el referido Filósofo; pero desde una perspectiva técnica; afirmando – entre otros puntos - que Descartes, se muestra mucho más flexible en su posición radical de la autonomía de las sustancias finitas y, renunciando de cierto modo a su independencia sostenida hasta ese entonces, pasando a convertir y/o reconocer a Dios en fundamento ontológico de las mismas, así como en representante de garantía del conocimiento de la humanidad y del alma. No obstante, al no poder negar la existencia, de hecho, una interacción entre la res cogitans(mente) y la res extensa (cuerpo), surge la necesidad de efectuar el estudio y/o análisis de la problemática que implica su mutua relación y recurre, con dicho fin, a identificar a la glándula pineal como lo que sería el elemento físico de unión.[5]


En tal sentido, se advierte que son diversas las obras del referido filósofo, sin embargo, a efectos de delimitar los aportes que realizó para la deontología como ciencia; vamos a analizar tres de sus libros: Discurso del Método (1637), Los Principios de la Filosofía (1644) y Las Pasiones del Alma (1649); trabajos que representaron pluralidad de análisis de los ámbitos de la naturaleza humana, sus convicciones, sus ideas, sus dudas y desde luego, su íntima relación con la divinidad como origen.


Así pues, respecto al Discurso del Método[6]; es uno de los más representativos trabajos de Descartes; en el inicio de dicha obra realiza una crítica a la metodología de enseñanza que recibió en el colegio de los jesuitas de La Flèche, a excepción de las enseñanzas matemáticas; a la cual si consideraba como la única materia en la que se seguían procedimientos apropiados para alcanzar resultados certeros. Consideraba pues, que en cuanto a los demás cursos; no se trabajaba en la rigurosidad del procedimiento necesario para evitar las especulaciones sin sentido y los razonamientos sin fundamento como camino a la verdad. Siendo que posteriormente a su vida escolar; plasmó esta rigurosidad en el procedimiento de investigación en un esquema ordenado de etapas; el cual consistía en el siguiente orden: Encontrar evidencias, proceder al análisis, efectuar una síntesis y concluir con la comprobación, objetividad investigativa muy probablemente adoptada con base en la formación militar, matemática y física que destacó en su vida, pero que a su vez, encontró la manera de aplicarla a la filosofía como fuente de sabiduría.En efecto; este método de análisis propuesto por Descartes; también resulta de suma relevancia para el ámbito deontológico, pues contribuye en comprender que no toda afirmación o idea que pueda ser concebida como cierta y/o correcta por un grupo de personas; lo será para la esencia de la administración de justicia y la convivencia social armoniosa.


Permite entender que para alcanzar un ideal objetivo, la persona debe renunciar a aquellos aspectos subjetivos, aquellas ideas adheridas o propias de un entorno social determinado; para pasar a desentrañar elemento por elemento, los criterios a analizar y verificar si ello ciertamente responde a una conducta apropiada para el bienestar propio en concordancia de aquél que se le debe a la colectividad; dicho de otro modo, la obra de Descartes, nos invita a sacudirnos de cualquier prejuicio o idea previa que pueda contaminar un juicio razonable, para pasar a dilucidar de forma detalla y ordenada la información que tenemos; hasta que la misma sea corroborable; lo que en una utópica finalidad consistiría en el intento de definir a una moral definitiva; sin embargo, como manifestación de esta marcada sabiduría ejercida por Descartes; el mismo llegó a la conclusión de qué solo podía hablarse de una “moral provisional”.

Por otro lado, también dentro de la obra de Discurso del Método de Descartes; se encontró como certeza que la duda es el inicio de todo proceso de conocimiento, refiere pues, que una duda constante contribuye con el acercamiento a la verdad. No obstante; el filósofo, probablemente buscando evitar que sus enseñanzas sean el inicio de ideas anarquistas; enfatiza la afirmación de que mientras estamos en búsqueda de la verdad debemos aceptar las reglas y leyes vigentes por la mayoría como entendimiento de moral para la convivencia social, aspecto que precisamente fundamentó su concepto de “moral provisional” previamente expuesta y que se mantiene vigente hasta la fecha.


Años después, el filósofo Descartes escribió su obra Los Principios de la Filosofía[7]; este libro implicó un ambicioso trabajo de parte del referido autor; a fin de tratar de explicar todo un esquema de ideas y/o pensamientos relacionados a la naturaleza de la humanidad, de las ideas y la intervención de Dios en el proceso de creación, así como del inicio del funcionamiento de todo el universo; por lo que, es válido afirmar que Descartes fue uno de los más grandes impulsores filosóficos de la dualidad de la naturaleza humana (cuerpo y pensamiento), como base del entendimiento de la percepción de las personas de lo bueno o malo. (moral o inmoral).


Se ha de señalar que esta percepción dualista de la naturaleza humana, implicaba por parte del autor, un reconocimiento a Dios como el único que podía ostentar sabiduría absoluta; mientras que, respecto a los hombres si bien podían conocer algunos aspectos importantes; al ser creados a su semejanza; tal conocimiento se veía limitado; y es la filosofía el camino para distinguir a la calidad humana de un hombre de aquellos bárbaros o salvajes, vemos pues, que en esta obra Descartes también reconoce a la duda como una manifestación de vida; refiriendo en sus propias palabras que no se podría dudar de algo sin existir, por lo que, este hecho es el primero conocimiento de naturaleza certera que se puede obtener y desde luego, el camino al esclarecimientos de muchos fenómenos que suelen ocupar las dudas de las personas; sobre lo correcto e incorrecto; lo cierto o lo falso.


Nótese pues, que en el trabajo mencionado se reconoce a la Filosofía como la más grande muestra del pensamiento humano, la base distintiva de aquellos hombre que demuestran deber su existencia a un mandato divino, así como, representa una manifestación de vida; pues para Descartes, una persona vital era aquella que estaba constantemente en búsqueda de información genuina, en búsqueda del entendimiento, de la comprensión, de la sabiduría; partiendo de la incertidumbre como premisa, refiere pues, que no hay mayor prueba de la existencia de un ser, que su duda, pues este será el nexo para todos sus actos de reflexión que lo destacarán como ser pensante y en consecuencia, adquirir la capacidad de diferenciar entre aquello que es favorable para si y para su entorno; de lo cual, se advierte las primeras conceptualizaciones de lo que respecta a la ética como base del comportamiento humano en sociedad.


En ese orden, otra de las obras publicadas por el filósofo Descartes, es la titulada Las Pasiones del Alma[8], en la cual el autor concibe al cuerpo humanocomo una especie de máquina que opera de forma autónoma, llegando a otorgarle a las pasiones del alma que manejan sus conductas un enfoque de índole fisiológico, como especies de manifestaciones naturales y muchas veces involuntarias; aspectos que el referido autor se preocupa en desarrollar para comprender la naturaleza del comportamiento humano.

Se ha de precisar que para la creación de esta obra, Descartes había intercambiado cartas con la entonces princesa Isabel de Bohemia respecto múltiples asuntos filosóficos, entre los cuales se encontraba lo referido a la moral. Tan es así, que trascendió que dicho texto referido a las pasiones del alma es producto de las diversas correspondencias entre ambos personajes. En tal sentido, Rene Descartes comienza su narración y análisis sobre las pasiones del alma desde una perspectiva fisiológica humana, para culminarla con un amplio análisis sobre la moral, precisamente fue en este ejercicio en el que se formó y fortaleció su trascendente idea de que el comportamiento humano y su percepción de lo bueno y malo; tiene lugar como resultado de la unión del alma y el cuerpo.


III. CONCLUSIONES


En conclusión, es válido afirmar que las teorías de Descartes sobre la ética y moral; se encuentran plenamente vigentes aún en pleno siglo XXI; en principio porque con el transcurrir del tiempo se le da la razón en cuanto a la necesidad de adoptar procesos eficaces de investigación, objetivos, genuinos, corroborables, lejanos a cualquier información superficial, sino llevados bajo estrategias metódicas y ordenadas. De otro lado, ha existido consenso entre los múltiples filósofos modernos en seguir la teoría dualista de Descartes, la misma que reconoce a la esencia humana como una conformación de cuerpo y mente; otorgándole cualidades de espiritualidad que van a contribuir en comprender la concepción de lo bueno o malo, desde la premisa de que todos partimos de un ser divino y que debemos conducir nuestras acciones en base a la búsqueda de la armoniosa convivencia como pares.


Por otro lado, Descartes invita a dudar constantemente como una manifestación de vida, como la más grande prueba de existencia y diferencia con aquellos seres que no son capaces de razonar sobre sus acciones, por último, el referido filósofo nos ofrece su aún vigente noción de la moral provisional; la misma que está referida a la necesidad de las personas de adaptarse a la convivencia social armoniosa en la que se desarrollan a fin de que el proceso de averiguación de la verdad constante no se vea afectado o perjudicado; pues al lograr mantener el orden en la sociedad, tendrá muchas más opciones de seguir analizando, revisando, y estudiando las vertientes de la mente humana y su forma de manifestarse.


Por último, es destacable señalar que a pesar de la orientación que tenía RENE DESCARTES para las ciencias exactas, su sabiduría le otorgó los medios necesarios para saber plasmar tales aptitudes en reflexiones filosóficas que siguen siendo válidas hasta la actualidad, la importancia que ostenta su trabajo para el entendimiento de las personas como seres con dualidad de elementos (alma y cuerpo); así como, para la objetividad y rigurosidad que debe contener todo proceso de investigación si se busca la verdad como fin; aspectos y vertientes que se encuentran íntimamente vinculados a la ética y a la deontología jurídica como pilares de un Estado de Derecho y que serán pasibles de futuros estudios.


Bibliografía:


1.- Pineda Rivera, Diego Antonio (2008). Una lectura del discurso del método desde la perspectiva del reconocimiento. Universitas Philosophica, 25(50),41-61.[fecha de Consulta 25 de Abril de 2021]. ISSN: 0120-5323.

2.- Tapia Ribas, Y. (2017). Un piloto en su nave. Estudio sobre la unión del alma y el cuerpo como problema fundamental de la modernidad (de René Descartes a Jean-Luc Nancy) [Universitat de Barcelona, 2017.] [fecha de Consulta 25 de Abril de 2021]

Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=230641

3.- Barriga, M. B. (1879). Descartes (historia de la filosofía). Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima. 1879 [fecha de Consulta 25 de Abril de 2021]

Disponible en: https://cybertesis.unmsm.edu.pe/handle/20.500.12672/343

4.- Quispe, H. (1996). Descartes y el escepticismo. Pontificia Universidad Católica del Perú.Lima.1996. [fecha de Consulta 25 de Abril de 2021]

Disponible en: http://repositorio.pucp.edu.pe/index/handle/123456789/113032

5.- Cebrecos, F. (2014). Descartes: entre la psicología racional y la antropología filosófica. Persona, (17), Universidad de Lima. 11-32. [fecha de Consulta 25 de Abril de 2021]

6. Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Resumen de Discurso del método, de René Descartes. En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona (España). [fecha de Consulta 01 de mayo de 2021]

Disponible en: https://www.biografiasyvidas.com/obra/discurso_metodo.htm

7. Edward N. Zalta, "René Descartes" in The Stanford Encyclopedia of Philosophy (Stanford University, Center for the Study of Language and Information: Spring 2015). [fecha de Consulta 01 de mayo de 2021]

Disponible en: https://www.wdl.org/es/item/3157/

8. De la Torre Díaz, F. J. (2000). Ética y deontología jurídica. Librería-Editorial Dykinson. [fecha de Consulta 01 de mayo de 2021]

Disponible en: https://books.google.es/books?hl=es&lr=&id=OP68OmnXS2QC&oi=fnd&pg=PA161&dq=rene+descartes+y+la+etica+espa%C3%B1ol&ots=6j1tQCyk2P&sig=0wUyanAub2NLQriktRJaqSPDDPc#v=onepage&q&f=fal el 01 de mayo de 2021.


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